lunes, 6 de octubre de 2014

El Depor-te Integra. Del ¿qué? al ¿cómo?

La definición de un proyecto la conocemos casi de memoria. Pero, ¿a qué nos enfrentamos con un proyecto social? ¿Cuál debe ser nuestro rol social como arquitectos/profesionistas?

Al llevar a cabo un proyecto social debemos buscar generar los elementos para lograr ciudades más justas, inclusivas y equitativas.  La pregunta entonces sería: como arquitectos ¿tenemos la capacidad de generar estos elementos? ¿Tenemos la capacidad de moldear nuestras realidades?

No cabe duda que debemos por lo menos intentarlo. Nuestra profesión lleva consigo una responsabilidad social inherente. El ignorarla sería ignorar nuestra propia naturaleza.  Es bajo esta pauta que nacen y se rigen los proyectos sociales.

El “Depor-te Integra” es un prototipo de programa social (proyecto) que sigue estas mismas líneas. Se nutre de las iniciativas de Architecture For Humanity para generar espacios que fomenten el deporte y la integración social. Y como la mayoría de los proyectos, nació en primera instancia cómo un Proyecto Eventual, con un proyecto piloto en la colonia Tréboles en Apodaca Nuevo León. Donde se facilitó por petición y con ayuda de los colonos una cancha deportiva de carácter mínimo para que los niños y jóvenes de la comunidad pudieran jugar futbol soccer.

Después de ese primer piloto, nos dimos cuenta como organización del potencial que podría tener y nos dimos a la tarea de convertir a esa pequeña canchita en un programa. Adquirió como objetivo principal el buscar llevar espacios deportivos inclusivos a comunidades que carecieran de ellos.  Funcionando como catalizador para mitigar problemas de obesidad en los jóvenes y fomentar la convivencia sana entre sus usuarios.
La metodología utilizada para emprender este proyecto fue el PMI® (Project Management Institute) a través del PMBOK® (Project Management Body of Knowledge). Que nos indica que lo primero que se debe llevar a cabo dentro de la planeación es: la investigación. Revisar proyectos similares al que se quiere llevar a cabo, estudiar el sitio y conocer y convivir con la comunidad son las tareas principales en esta etapa.

Cada comunidad es distinta, conocerla involucra convivir e identificar las principales preocupaciones o carencias que la esta presenta. Eso nos lleva a generar una lista de ‘stakeholders’, o bien, todos los agentes involucrados e interesados en el proyecto.

Todo esto para lograr una mayor fluidez en cuanto a comunicación con la comunidad la aceptación y la reciprocidad de su parte (participación-voluntariado).

Como organización, fue muy importante encontrar métodos para medir nuestra capacidad y definir si el proyecto había sido o no exitoso, aceptado por la comunidad o no. Para eso se crearon entregables claves y sencillos; organigrama, presupuesto, cronograma y luego se monitoreaba que lo planeado fuera llevado a cabo en tiempo y forma.

Aprendimos la importancia de establecer un vínculo entre la comunidad y el proyecto, establecer un contacto directo con la comunidad y el sitio. Así mismo fue importante siempre estar atento a las observaciones del equipo. Gracias a estos dos factores se logró corregir situaciones antes de llevar a cabo el programa y futuras intervenciones.


Como profesionistas, concebimos ideas a veces algo elaboradas y esto ocurrió con los primeros proyectos piloto del programa el Depor-te Integra. Las propuestas eran variadas, en procesos, métodos, materiales; pero sin duda la mejor respuesta siempre será la que la comunidad te provea.  El diseño participativo e incluso siempre imprimirá en nuestros proyectos un sentido de pertenencia y de valor. Y para nosotros como organización no hay mejor manera para medir el éxito.


Entrada escrita por el Arq. Pedro Arturo Ramírez Delgado, coordinador de Proyectos Eventuales del capítulo Monterrey de Architecture For Humanity.

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